miércoles, 4 de mayo de 2011

Felicitas Guerrero, crimen, amor y misterio

Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto, conocida por todos como Felicitas, fue llamada por el poeta Guido y Spano "la mujer más hermosa de la República". Su trágica historia sigue en la memoria de  los vecinos de Barracas y de todos aquellos a los que nos gusta hurgar en el pasado para conocer nuestra identidad como argentinos.

Felicitas nació en San Telmo, en un caserón de la calle México, cuando San Telmo era el barrio de las familias insignes. Hija del ilustre matrimonio formado por Carlos Guerrero y Felicitas Cueto y Montes de Oca a los 15 años Felicitas era considerada la mujer mas bella del país.  La lista de hombres interesados era interminable pero los padres habían resuelto el destino de su hija hace tiempo y el 'elegido' era Martín de Alzaga, hijo del General Felix de Alzaga y nieto del héroe de la revolución de mayo. No solo portaba un apellido con abolengo sino que era dueño de una fortuna difícil de igualar.  Ella rogó a sus padres que no la entregaran a un hombre que no quería y que podía ser su abuelo y cuando ella tenía 15 años y el 65 se casan.  Nunca fueron un matrimonio feliz, un poco por la imposición del candidato, otro por la diferencia de edad y también por las tragedias que les tocó vivir: un hijo que muere de fiebre amarilla antes de cumplir los 5 años, ella estaba nuevamente embarazada pero lo pierde,  tiempo después muere su abuela y al año siguiente fallece su marido, su corazón de casi 70 años no aguantó tantas tragedias, dejando a Felicitas sola y con una fortuna incalculable.

Si antes de casarse Felicitas tenia una multitud de pretendientes, viuda y millonaria se había convertido en la mujer mas disputada de Buenos Aires.  La historia se repite y otra vez los padres le buscan candidato, el segundo elegido resultó ser Enrique Ocampo (el tío de Victoria Ocampo, la escritora) que llevaba años deseándola en silencio. Llegaron a noviar por un tiempo hasta que ocurrió algo inesperado.  Felicitas viajaba frecuentemente a uno de sus campos preferidos, cerca de Castelli, se llamaba 'La Postrera' (que nombre para lo que iba a ocurrir!!).   En uno de sus viajes, noche tormentosa, su carruaje quedó varado en el barro y como en un cuento aparece su príncipe para rescatarla: Samuel Saenz Valiente (nunca mejor el apellido), vecino del lugar. Samuel, en el medio del barro y de la lluvia logra desatascar la rueda de la carreta y la invita a su estancia llenándola de atenciones y halagos. Los distinguidos modales caballerescos y la fuerte personalidad de Sáenz Valiente enamoraron perdidamente a Felicitas. Aquellos días fueron los más apasionados de su vida.

La joven viuda volvió a Buenos Aires con dos decisiones: romper con su prometido y casarse con Saenz Valiente. El 29 de enero de 1872 le comunica a Enrique Ocampo lo que había decidido y éste, que no soportó que ella eligiera a otro hombre, le disparo un tiro que perforó su pulmón y la hizo agonizar durante varias horas y de inmediato se suicida de un tiro también. La versión del suicidio desapareció de los expedientes oficiales ya que de otro modo, el asesino jamás habría podido recibir el último sacramento, tal como sucedió.

La historia de Felicitas es tan novelesca que Julio Bocca realizó su primer trabajo fuera del escenario llamado "Felicitas, crimen, amor y misterio" y también Sabrina Garciarena y Gonzalo Heredia protagonizaron en cine la película "Felicitas" dirigida por Teresa Constantini.

A la memoria de su hija, los padres hicieron construir en el barrio de Barracas, donde tenían la quinta de veraneo, la iglesia Santa Felicitas, frente a la actual plaza Colombia. También, la principal calle de este barrio porteño lleva el nombre del apellido de la madre: Montes de Oca. Cuando viajamos por la autovía 2 rumbo a Mar del Plata, a la altura del Río Salado se ve entre los árboles,  el Castillo de la estancia 'La Postrera' , esa que tanto le gustaba a ella y muy cerca del lugar donde conoció y vivió el unico amor en toda su vida.


Trailer de la película:


Castillo Guerrero, a orillas del Salado (Estancia La Postrera)



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